Casi dos millones de vehículos transitan de forma habitual por el centro de Madrid, y eso en un día “bueno”, porque si el día amenaza lluvia, la cifra se puede disparar. Un dato que implica dos aspectos, para el Medio Ambiente, el impacto de dos millones -como poco- de coches emitiendo CO2; para los usuarios de los vehículos, las dosis de paciencia necesarias para llegar a su destino sin que la tensión alcance cotas considerables: ¡y la toma de conciencia de que la puntualidad en el trabajo ese día pende de un hilo! No es ninguna suposición, es la realidad que conocen los dos millones de conductores que a diario transitan por Madrid.

Quien descubra que, frente a estos datos, la bici eléctrica en Madrid reduce atascos, tiempos de desplazamientos y que, por cada tres nuevos ciclistas en Madrid, las emisiones de CO2 se podrían reducir en toneladas al año, quizás esté pensado en que las bicicleta eléctrica en Madrid suena como una alternativa muy amable… ¡y muy atractiva!

Moverse en bici eléctrica en Madrid: El adiós definitivo a los problemas de tráfico en la ciudad, pero ¿Cuándo?

La primera parte, la del desplazamiento en coche, es una visión bastante realista; pero, la segunda, esté un poco más maquillada, y habría que preguntar a los ciclistas de Madrid si, en realidad, moverse en bici en el centro de la ciudad es tan “bonito” como lo pintan datos, publicidad, anuncios…. Un primer apunte: biciclistas de grandes ciudades, y de ciudades más deducidas suelen coincidir cuando se trata de dar “peros” a eso de moverse en bici eléctrica por Madrid o por cualquiera de las localidades madrileña.

Compartiendo camino con los viandantes

Quizás el primero sea una falta de “cultura de la bicicleta”. La bici no ha sido un vehículo de transporte muy popular en el país hasta hace poco, y mucho menos en las ciudades, así que lo fácil ahora sería echar la culpa a los ciclistas o, mejor dicho, a los “no ciclistas” que son los que “no se han movido en bici” hasta hace solo unos años.

Pero, en el problema de la incultura de la bicicleta hay un “enemigo” que bloquea pasos, que es egoísta para compartir su camino y que cree que “la calle es suya”: los transeúntes. Los viandantes consideran a la bicicleta como un invasor y, basándose en este principio, peatones invaden carriles bici, aceras bici y todos los espacios que llevan la coletilla “bici”.

La bici, especie “exótica” entre el tráfico

Si los viandantes son egoístas con su espacio de paso: ¿Qué adjetivo se puede usar para los conductores de los vehículos? Quienes se mueven en bicicleta saben muy bien que adentrarse en una calle en la que hay que compartir el espacio con coches – sobre todo, si no hay carril bici – es un riesgo continuo.

Para moverse en estas vías, no solo hay que contar con una bicicleta y con conocimientos sobre cómo guiarla a través del tráfico, hay que disponer de una capacidad de intuición adecuada para prever qué coches están conducidos por personas cuya misión parece convertir en imposible la conquista de la ciudad por las bicicletas, y unos reflejos nivel “superhéroe” para evitar los mil y un peligros “extra” que los ciclistas tienen que sumar a los ya elevados peligros de llevar una bici eléctrica en Madrid.

El enemigo en casa

¡Cuántos enemigos tienen las bicis eléctricas en Madrid! Pero los peores enemigos no son los que vienen desde fuera, sino lo que atracan desde el interior. Sí, porque viandantes y conductores de vehículos no son, precisamente, amables ni justos con esos ciclistas que solo pretenden reducir el tráfico al tiempo que ponen su granito de arena para proteger el planeta…

Ciclistas hay muchos, y no todos ellos son conscientes de qué implica desplazarse en bicicleta eléctrica en Madrid, amparados en el “está de moda”, ” es muy sano” o ” es barato”, muchos son los que suben a una bicicleta conociendo su derecho a ir en bici, pero no los deberes… Porque, aunque muchos no lo sepan, ir en bici es una responsabilidad, y no cumplir con las normas, puede poner en riesgo la propia seguridad, y la de otros.

Un dato que lo demuestra: El último informe sobre controles de alcoholemia concluye que, uno de cada tres biciclistas va en bici superando la tasa de alcohol permitida. Si estos datos fueran sobre vehículos, las reacciones no se harían esperar. Pero este dato es solo uno muy llamativo, otros pasan desapercibidos, aunque se ven a diario: usar aceras, transitar por carriles bus, circular en zonas para peatones, saltar semáforos y STOPS, son acciones del todo comunes. ¿Quién no las ha visto?

Servicio público de bici eléctrica en Madrid

Aun habría que incluir uno más y sí, el término correcto sería incluir, porque el servicio público de bici eléctrica en Madrid es “exclusivo”, excluye unas zonas, y otras no, así que, aun cuando los biciclistas se marcan como objetivo ser un coche menos, y una bicicleta más, tendrán que valorar cómo de lejos tienen el aparcamiento público más cercano del servicio público de bicis.

Ante la imagen idílica de la bici eléctrica en Madrid como salvadora de la economía familiar, del planeta y de la salud, todo apunta a que el madrileño del mañana se desplaza sobre dos ruedas; pero centrados en el detalle, hay mucho sobre lo que trabajar aun para conseguir que los ciclistas sean aceptados como parte del tráfico diario en Madrid. Quizás se pueda hablar de un futuro con la bici eléctrica en Madrid como una realidad de transporte, pero no un futuro cercano y, desde luego, no un presente seguro.