El accidente de tráfico, es un trauma de los conocidos como inminentes, bien sea porque lo suframos nosotros o bien porque lo sufran otros pero nosotros lo conocemos o nos vemos involucrados de alguna forma. Son secuelas psicológicas en accidentes en cualquier caso, deben ser indemnizadas para cubrir su tratamiento.

La portavoz del Colegio de Psicólogos en temas de seguridad vial, Pilar Bravo, destacó que la ayuda familiar es “fundamental” para superar los traumas que pueden derivarse tras sufrir un accidente, y añadió que sus consecuencias psicológicas pueden ser “muy graves”, llegando a modificar la actitud de estas personas ante las cosas cotidianas.

Bravo explicó que tras padecer un accidente los pacientes se vuelven en muchos casos “más sensibles”, llegando a sufrir una serie de síntomas que los psicólogos denominan como síndrome de estrés postraumático. “El sujeto revive aquella situación como si fuera en el momento actual, y no considera que es algo del pasado”, agregó.

Pero ¿ Cúales son realmente las secuelas psicológicas en accidentes de tráfico?

Así, enumeró algunas de las derivaciones de este síndrome, que se puede traducir en hiper-excitabilidad, inquietud, pesadillas o miedo a que esta situación vuelva a repetirse, y aclaró que el tratamiento que deben seguir estas personas pasa por “tomar conciencia de lo que le está ocurriendo” además de serle aplicadas “técnicas de sensibilización sistemática”, exponiéndoles a la misma situación sufrida e “hipotéticamente presentarle situaciones cada vez más graduales para que pueda ir aceptándolas”.

Por otra parte, hizo referencia a la importancia que supone perder a un ser querido en un accidente de tráfico, ya que se trata de una muerte “imprevista” y es muy difícil hacerle frente. “El accidente siempre es algo imprevisto y no da tiempo a poder prever qué va a suceder. Además, en la mayoría de los accidentes están implicadas personas jóvenes, y para un padre es muy difícil asimilar que su hijo ha muerto antes que él porque es un tema contranatural”, añadió.

En estos casos, aclaró que las actitudes más frecuentes que se padecen son la negación de la pérdida, la no aceptación, y la tristeza, que en muchas ocasiones terminan derivándose en una depresión, y subrayó que los principales consejos psicológicos que se les ofrece son “afrontar la vida sin esa persona y encontrar en su vida cosas que pueda seguir haciendo aun con la pérdida de esa persona”. “Es decir, aprender a vivir con ello”, matizó.

La cuantía de la indemnización de estos daños se fija de conformidad a unas reglas y baremos que son frecuentemente difíciles de aplicar, y solo por un especialista en secuelas psicológicas después de accidentes de tráfico.

Basta saber que el baremo valora la indemnización dependiendo de si el accidente causa en la víctima la muerte,  o la ; seguidamente, la estimación de estos daños se realiza de forma individualizada considerando dos cuestiones, por un lado el tiempo de baja que el accidente provoca y, por otro, la gravedad de la lesión, heridas y secuelas que causa.